SOBRE MI
Me llamo Amaia, nací una madrugada de Octubre de 1985 en Donosti y a los tres meses hice mi primer viaje, crucé España de punta a punta y me planté en Algeciras, pueblo en el que vivo desde entonces.
Puede que en ese momento se iniciara una de mis pasiones, viajar.

Soy amante de los animales y la naturaleza, lucho por sus derechos y por conseguir que todos vivamos en un mismo planeta respetándonos mutuamente.
Desde que tenía un añito, en mi hogar siempre hemos contado con la compañía de algún amigo peludo. Por eso no era de extrañar que al independizarme tardara poco en aumentar la familia. Y así fue como adopté a Nai.
Cuatro años después, la vida puso en mi camino a mi preciosa Kira. Me la encontré atada a un barrote de mi calle, sucia y delgadísima, y en cuestión de segundos nos enamoró a Nai y a mí. Todos me dicen que es afortunada por encontrarme, pero jamás conseguiré devolverle todo lo que ella me aporta.

A estas alturas ya habrás intuido que lo que me mueve es ayudar a los demás y luchar por un mundo mejor.
Después de dos carreras frustradas como “pitadora de colchonetas” y “patinadora de Continente” decidí, con apenas 10 años, que de mayor iba a ser misionera. Y no iba mal encaminada.
Con el tiempo esa idea fue madurando (cosa que seguro mi madre agradece) y aunque no seguí ese camino, sí he estado involucrada en muchas causas y siempre dispuesta a ayudar en todo lo posible. Ese camino que hasta ahora he recorrido sola y de forma tímida hoy se convierte en este gran proyecto, el cual rondaba en mis pensamientos desde hacía tiempo, pero no fue hasta conocer el Campus Bikecanine cuando lo pude hacer realidad. Nace de la ilusión y esperanza por crear un mundo mejor, algo que seguro comparto contigo, por eso estás aquí.
Y esto me lleva a responder una pregunta ¿Por qué Mar de Gotas?
Lo que entiendo por solidaridad lo define a la exactitud la Madre Teresa de Calcuta en su maravillosa frase:
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”
Así me imagino a todos los que aportan su grano de arena para construir un mundo mejor, partícipes de un Mar infinito donde cada gota cuenta y, sin ella, no se podría llegar tan lejos.
Mi intención con este proyecto es exactamente ese, crear una comunidad de la que todos podamos formar parte y luchar juntos por diferentes causas, que mis logros sean los vuestros, y viceversa.
Será para mí un placer poder contar con tu compañía en este largo camino que, espero, dure años y tenga un gran impacto.